“Centrado en Jesús” reúne ensayos que el autor ha ido elaborando  a través de su peregrinar por tierras latinoamericanas. Desde diversas propuestas como la relectura de Gálatas, perspectivas de iglesias delimitadas, indefinidas o centradas, una nueva manera de ver el sufrimiento humano y la ira de Dios, la cruz como expresión máxima de una respuesta no-violenta, entre otras; Baker presenta a Jesús como paradigma de un ser humano auténtico.

Prólogo del Libro.

por César García , Secretario General del Congreso Mundial Menonita

Los recuerdos de la primera vez que escuché a Marcos Baker aún están frescos en mi mente. Como estudiante me aproximé a su clase de una semana de Teología Fundamental en Bogotá en 2002 con la expectativa de ampliar lo que ya sabía. Después de toda una vida de iglesia, estudios en institutos teológicos, cinco años de una Licenciatura en Teología, y algunos años de experiencia pastoral, ¿qué podría encontrar de nuevo en un profesor norteamericano?

Lo que no preveía en aquel entonces era la forma en que mi vida y ministerio cambiaría por aquel encuentro con Marcos. Una semana de clases fue suficiente para abrir mi pensamiento y práctica pastoral a una nueva forma de entender la teología y sus implicaciones para mi contexto latinoamericano. ¿Qué era lo que éste nuevo profesor tenía para generar semejante impacto? Ciertamente no se trataba de doctrinas completamente nuevas o revelaciones desconocidas por otros teólogos. Sus textos de clase y libros de consulta eran textos de reconocidos pensadores cristianos que, a lo largo de la historia de la iglesia, impactaron nuestra fe tanto por sus enseñanzas como por sus vidas. ¿Cómo era posible entonces encontrar tanta riqueza e ideas tan desafiantes? ¿Por qué sentía en aquel entonces que los fundamentos mismos de mi edificio teológico necesitaban ser reevaluados y reestructurados?

Lo que hacía de Marcos un profesor con semejante impacto era la forma en la cual contextualizaba la teología. Lamentablemente mucho de lo que se enseña en algunos seminarios de América Latina tiene que ver con teología del hemisferio norte simplemente traducida al español. Teología que si bien pudo ser relevante en otro tiempo y realidad social, no habla a muchos aspectos de la realidad de nuestros contextos latinoamericanos hoy.

Desde luego Marcos no es el único teólogo que en Latinoamérica hace teología contextual. Sin embargo es su uso de la Teología de la Cruz, de teólogos como Lutero, Ellul, Barth y otros – en y para el contexto latino – lo que hace de Marcos un teólogo tan relevante para nuestro contexto. Aspectos tan fundamentales de la teología como nuestro concepto de Dios y nuestro entendimiento de la obra de Cristo en la cruz dejan de ser verdades proposicionales que deben ser memorizadas y aceptadas en forma intelectual para encontrar ahora profundas implicaciones eclesiológicas y pastorales.

En diálogo con la Escritura Marcos señala importantes falencias que los acercamientos teológicos tradicionales evidencian en el contexto latinoamericano. En circunstancias de opresión, sufrimiento, violencia e inequidad social, importantes aspectos culturales que deberían ser transformados por el evangelio han quedado intactos. La vida de la iglesia ha quedado circunscrita, en no pocos lugares, al cumplimiento de normas y a la creación de barreras que, en lugar de facilitar comunidades de amor y reconciliación, separan trayendo como resultado división y alienación.

La experiencia de Marcos en Latinoamérica se entreteje con su enfoque cristocéntrico en forma tal que la Verdad del evangelio se abre ante nuestros ojos latinos trayendo libertad y nuevas posibilidades de vida eclesial. Su tratamiento del problema del dolor, de cómo un Dios de amor permite el sufrimiento humano (teodicea) nos revela a un Dios desconocido para muchos latinos: Un Dios que ama, entiende y sufre con nosotros; un Dios que no responde a nuestro dolor con palabras vacías, pero con compasión e identificación; un Dios que en últimas se parece más al que nos reveló Jesús que al que lamentablemente muchas iglesias predican.

Durante mis años de vida cristiana he encontrado dos tipos de teólogos. El primero es aquel que mantiene una actitud de “estar en el camino”, más que una de “ya he llegado”. Con lo anterior me refiero a aquellos teólogos que, habiendo conocido a Jesús, a pesar de los años y entrenamiento teológico, mantienen una actitud de aprendizaje constante, de búsqueda de renovación y transformación. Ellos encuentran en Dios un crecimiento permanente y enriquecedor del que no se arrepienten. El segundo tipo de teólogos tiene que ver con aquellos que, después de escuchar, se limitan a mantener y repetir los métodos o enseñanzas de sus maestros sin dar lugar a nuevo crecimiento. Han quedado atrapados en un tiempo y lugar teológico que poco habla a nuestro contexto. Este segundo tipo de teólogos está compuesto por aquellos que ya tienen todas las respuestas y que por lo tanto no aprecian el surgimiento de nuevas preguntas. Marcos Baker encuentra más eco en el primer grupo. Es para ese tipo de creyentes que este libro será de especial desafío así como de agrado.

Gracias a Marcos por reunir muchas de sus enseñanzas en este texto. Gracias por hacer posible que líderes en nuestras iglesias de habla hispana puedan continuar en el Camino de conocer a Dios y vivir dicha experiencia de la mano de otros en la comunidad de fe. Gracias por traer a Latinoamérica una teología bíblica, cristocéntrica y profundamente relevante.


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