Anabautista Digital 500 - La Reforma Radical en español

Recuerde, sólo hay un fundamento, el que ya está puesto: Jesucristo 1 Co 3. 11 / 500 años de la fe anabautista 1525 – 2025

Convicciones Fundamentales

i. Sólo la gracia de Dios nos capacita

ii. Buscamos vivir y proclamar buenas nuevas

iii. Jesucristo trae reconciliación y paz

iv. Somos parte del cuerpo unido de Cristo

Leemos la biblia juntos – Promovemos la paz – Adoramos y celebramos juntos – Conformamos una familia mundial.

    v. Nos sentimos ligados al pasado y unidos a muchos lugares

    vi. Aunque somos diferentes, compartimos convicciones centrales de fe y práctica

    • Jesús es nuestro ejemplo, maestro, amigo y Señor. Él es la fuente de nuestra vida, el punto de referencia central de nuestra fe y estilo de vida, de nuestra comprensión de la iglesia y de nuestro compromiso con la sociedad. Estamos comprometidos a seguir a Jesús y adorarlo.
    • Jesús es el punto focal de la revelación de Dios. Estamos comprometidos con un enfoque de la Biblia centrado en Jesús y con la comunidad de fe como el contexto principal en el que leemos la Biblia y discernimos y aplicamos sus implicancias para el discipulado.
    • La cultura occidental está emergiendo lentamente de la era de la cristiandad, cuando la iglesia y el estado presidían conjuntamente una sociedad en la que se suponía que casi todos eran cristianos. Cualesquiera que fueran sus contribuciones positivas a los valores y a las instituciones, la cristiandad distorsionó gravemente el evangelio, marginó a Jesús y ha dejado a las iglesias mal equipadas para la misión en una cultura poscristiana.  Al reflexionar sobre esto, nos comprometemos a aprender de la experiencia y las perspectivas de movimientos como el anabautismo que rechazaron los supuestos estándares de la cristiandad y buscaron formas alternativas de pensar y comportarse.
    • La frecuente asociación de la iglesia con el estatus, riqueza y fuerza es inapropiada para los seguidores de Jesús y daña nuestro testimonio. Estamos comprometidos a explorar formas de ser buenas noticias para los pobres, los impotentes y los perseguidos, conscientes de que ese discipulado puede atraer oposición, lo que resulta en sufrimiento y a veces, en última instancia, en el martirio.
    • Las iglesias están llamadas a ser comunidades comprometidas con el discipulado y la misión, lugares de amistad, responsabilidad mutua y adoración multivocal. Mientras comemos juntos, compartimos el pan y el vino, sostenemos la esperanza mientras buscamos juntos el reino de Dios. Estamos comprometidos a nutrir y desarrollar iglesias en las que se valore a los niños, jóvenes y mayores, en las que el liderazgo sea consultivo, los roles estén relacionados con los dones más que con el género y el bautismo sea para los creyentes.
    • La espiritualidad y la economía están interconectadas. En una cultura individualista y consumista y en un mundo abunda la justicia económica, estamos comprometidos a encontrar formas de vivir con sencillez, compartir generosamente, cuidar la creación y trabajar por la justicia.
    • La paz está en el corazón del evangelio. Como seguidores de Jesús en un mundo dividido y violento, estamos comprometidos a encontrar alternativas no violentas y a aprender a cómo hacer la paz entre los individuos, dentro y entre las iglesias, en la sociedad y entre las naciones.

    Fuente


    Confesión de fe Iglesia Menonita Concordia IMC – Declaración resumida

    1. Creemos que Dios existe y que le agradan todos los que se le acercan por la fe. Adoramos al único Dios santo y de amor, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creemos que Dios ha creado todas las cosas visibles e invisibles, ha traído salvación y vida nueva a la humanidad por medio de Jesucristo, y sostiene activamente a la iglesia y a todas las cosas hasta el fin del tiempo.
      Artículo 1. Dios
    2. Creemos en Jesucristo, la Palabra de Dios hecha carne. Él es el Salvador del mundo, que nos ha librado del dominio del pecado y reconciliado con Dios mediante su muerte en una cruz. Fue declarado Hijo de Dios mediante su resurrección de entre los muertos. Él es la cabeza de la iglesia, el Señor exaltado, el Cordero que fue inmolado, que volverá para reinar con Dios en gloria.
      Artículo 2. Jesucristo
    3. Creemos en el Espíritu Santo, el Espíritu eterno de Dios, quien habitó en Jesucristo, da poder a la iglesia, es la fuente de nuestra vida en Cristo, y ha sido derramado sobre los que creen, como garantía de la redención.
      Artículo 3. El Espíritu Santo
    4. Creemos que toda Escritura es inspirada por Dios por medio del Espíritu Santo para instrucción en la salvación y adiestramiento para la justicia. Aceptamos las Escrituras como Palabra de Dios y como metro plenamente seguro y fiable para la fe y la vida cristianas. Guiados por el Espíritu Santo en la iglesia, interpretamos las Escrituras en armonía con Jesucristo.
      Artículo 4. Las Escrituras
    5. Creemos que Dios creó los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay, y que Dios conserva y renueva lo que ha sido creado. Toda la creación viene de una fuente externa a sí misma y pertenece a su Creador. El mundo fue creado bueno porque Dios es bueno y provee todo lo que es necesario para la vida.
      Artículos 5. Creación y Divina Providencia
    6. Creemos que Dios ha creado a los seres humanos a la imagen divina. Dios los formó del polvo de la tierra y les dio una dignidad única entre todas las obras de la creación. Los seres humanos han sido creados para relacionarse con Dios, para vivir en paz unos con otros, y para cuidar del resto de la creación.
      Artículo 6. La creación y el llamamiento de los seres humanos
    7. Confesamos que, empezando con Adán y Eva, la humanidad ha desobedecido a Dios, ha cedido ante el tentador y ha optado por el pecado. Nadie ha alcanzado la intención del Creador, en todos se ha empañado la imagen de Dios con que fueron creados. Todos han atentado contra el orden en el mundo y puesto límites a su amor por los demás. Por causa del pecado, la humanidad ha sido entregada a la esclavitud de los poderes del mal y de la muerte.
      Artículo 7. Pecado
    8. Creemos que, por medio de Jesucristo, Dios ofrece salvación del pecado, y una nueva manera de vivir. Recibimos la salvación de Dios cuando nos arrepentimos y aceptamos a Jesucristo como Salvador y Señor. En Cristo somos reconciliados con Dios e integrados en la comunidad reconciliadora. Confiamos en Dios que, por el mismo poder que levantó a Cristo de entre los muertos, es posible ser salvados del pecado para seguir a Cristo y conocer la plenitud de la salvación.
      Artículo 8. Salvación
    9. Creemos que la iglesia es la asamblea de los que han aceptado la salvación por fe en Jesucristo que ofrece Dios. Es la nueva comunidad de discípulos enviada por todo el mundo para proclamar el reino de Dios y para servir como anticipo de la esperanza gloriosa de la iglesia. Es la nueva sociedad establecida y sustentada por el Espíritu Santo.
      Artículo 9. La iglesia de Jesucristo
    10. Creemos que la misión de la iglesia es proclamar el reino de Dios y ser una señal del reino de Dios. Cristo ha comisionado a la iglesia para hacer discípulos de todas las naciones, bautizándolos y enseñándoles a observar todas las cosas que ha mandado.
      Artículo 10. La iglesia en misión
    11. Creemos que el bautismo de creyentes con agua es una señal de ser lavados del pecado. El bautismo es también una señal ante la iglesia de su pacto con Dios para andar en el camino de Jesucristo gracias al poder del Espíritu Santo. Los que creen se bautizan en Cristo y en su cuerpo por medio del Espíritu, el agua y la sangre.
      Artículo 11. Bautismo
    12. Creemos que la Cena del Señor es una señal por la que la iglesia recuerda con gratitud el nuevo pacto que Jesús estableció al morir. Al comer y beber en esta comunión, la iglesia renueva su pacto con Dios, y unos con otros, y participa en la vida y muerte de Jesucristo, hasta que él vuelva.
      Artículo 12. La Cena del Señor
    13. Creemos que al lavar los pies de sus discípulos, Jesús nos llama a servirnos unos a otros en amor como lo hizo él. De esta manera reconocemos nuestra necesidad frecuente de limpieza, renovamos nuestra disposición a deshacernos del orgullo y del poder mundanal, y ofrecemos nuestras vidas en servicio humilde y amor sacrificado.
      Artículo 13. Lavamiento de pies
    14. Cultivamos la disciplina en la iglesia como señal de la gracia transformadora que nos ofrece Dios. La intención de la disciplina es librar del pecado a los hermanos y hermanas cuando yerran, y restaurarles a una relación correcta con Dios y a la comunión de la iglesia. Cultivar la disciplina brinda integridad al testimonio de la iglesia en el mundo.
      Artículo 14. Disciplina en la iglesia
    15. Creemos que el ministerio es una continuación de la obra de Cristo, quien da dones por medio del Espíritu Santo a todos los creyentes y los capacita para servir en la iglesia y en el mundo. También creemos que Dios llama a ciertas personas en particular a ejercer ministerios y funciones específicas como líderes. Todos los que ministran han de dar cuentas a Dios y a la comunidad de fe.
      Artículo 15. Ministerio y liderazgo
    16. Creemos que la iglesia de Jesucristo es un cuerpo con muchos miembros, dispuesto de tal forma que, mediante un único Espíritu, los creyentes puedan ser edificados espiritualmente a manera de morada de Dios.
      Artículo 16. Orden y unidad en la iglesia
    17. Creemos que Jesucristo nos llama al discipulado, a tomar nuestra cruz y seguirle. Por medio del don de la gracia salvadora de Dios, recibimos la potestad de ser hechos discípulos de Jesús, llenos de su Espíritu, siguiendo sus enseñanzas y su camino a una vida nueva a través del sufrimiento. A medida que somos consecuentes con su manera de vivir, nos vamos conformando a Cristo y separando del mal que hay en el mundo.
      Artículo 17. Discipulado y la vida cristiana
    18. Creemos que quien es discípulo de Jesús goza de vida en el Espíritu. A medida que la vida, muerte y resurrección de Jesucristo nos da forma, vamos creciendo en la imagen de Cristo y en nuestra relación con Dios. El Espíritu Santo está activo en la adoración personal y de la comunidad, llevándonos a una experiencia cada vez más profunda de Dios.
      Artículo 18. Espiritualidad cristiana
    19. Creemos que la intención de Dios es que la vida humana nazca en familias y sea bendecida mediante familias. No sólo esto, sino que Dios desea que todas las personas lleguen a ser parte de la iglesia, que es la familia de Dios. A medida que los miembros solteros y casados de la familia que es la iglesia dan y reciben sustento y salud, las familias pueden crecer hacia la integridad que es la voluntad de Dios para ellas. Dios nos llama a la castidad y a la fidelidad matrimonial en amor.
      Artículo 19. Familia, ser soltero y estar casado
    20. Nos comprometemos a decir la verdad, a responder con sencillez si sí o no, y a evitar el jurar y juramentar.
      Artículo 20. La verdad, evitar juramentos
    21. Creemos que todo pertenece a Dios, quien llama a la iglesia a vivir como administradores fieles de todo lo que Dios nos ha encomendado, y a participar ahora en el descanso y la justicia que Dios ha prometido.
      Artículo 21. Responsabilidad cristiana
    22. Creemos que la voluntad de Dios es que haya paz. Dios creó el mundo en paz, y la paz de Dios ha sido revelada plenamente en Jesucristo, quien es nuestra paz y la paz del mundo entero. Guiados por el Espíritu Santo, seguimos a Cristo en el camino de la paz, haciendo justicia, trayendo reconciliación y practicando la no violencia, incluso allí donde hay violencia y guerra.
      Artículo 22. Paz, justicia y no violencia
    23. Creemos que la iglesia es la nación santa de Dios, llamada a una lealtad absoluta a Cristo su cabeza, testificando del amor salvador de Dios a toda nación, todo gobierno y toda sociedad.
      Artículo 23. La relación de la Iglesia con el gobierno y la sociedad
    24. Nuestra esperanza está en el reino de Dios y su cumplimiento aquel día cuando Cristo volverá en gloria para juzgar a los vivos y a los muertos. Él reunirá a su iglesia, que vive ya bajo el reinado de Dios. Aguardamos la victoria final de Dios, el fin de esta presente era de conflictos, la resurrección de los muertos, y un nuevo cielo y una nueva tierra. Allí el pueblo de Dios reinará juntamente con Cristo en justicia, rectitud y paz por toda la eternidad.
      Artículo 24. El reino de Dios

    Confesión de Fe de los Hermanos Menonitas – ICOMB

    Confesión de Fe ICOMB Comité Internacional de Iglesias Hermanos Menonitas (Junio 2004)

    Parte 1

    ¿CÓMO OBRA DIOS EN EL MUNDO?

    Dios, Señor soberano del universo, creó los cielos y la tierra por su palabra poderosa. Dios creó la humanidad, hombre y mujer, a imagen suya, para que viva en comunión y sean mayordomos de la creación. Los seres humanos abusaron de su libertad, rebelándose contra Dios en desobediencia, trayendo así separación y muerte. En la rebelión contra el reinado de Dios, los poderes de Satanás, pecado y muerte demandaron dominio sobre el mundo.

    Dios, el Liberador, intervino para establecer un Pueblo de Pacto, comenzando con Israel. Fue el propósito de Dios formar la comunidad del Pacto, para vivir en comunión con Dios, para gozar las bendiciones de Dios y para servir con una luz a todas las naciones. A través de los profetas Dios hizo conocer su ley y sus propósitos, expresando que Él es para siempre fiel, justo, recto, misericordioso como un padre y compasivo como una madre. Dios prometió la esperanza de una nueva creación.

    Dios el Padre envió al Hijo Jesucristo al mundo, nacido de la virgen María. Jesús inauguró el Reino de Dios, proclamando arrepentimiento del pecado, anunciando liberación a los oprimidos y buenas nuevas a los pobres, y llamando discípulos a seguir su camino en una nueva comunidad. Jesús respondió a los poderes malignos de violencia, tomando la cruz, para morir por los pecados del mundo y reconciliar la creación con Dios. Jesús obtuvo la victoria sobre pecado, la muerte y Satanás, pues Dios reivindicó a Jesús, resucitándolo de los muertos y exaltándolo a la mano derecha de Dios, donde intercede por los santos y reine para siempre.

    En el día de Pentecostés, Dios envió al Espíritu Santo quien había obrado en la creación, quien dio poder a los profetas y quien inspiró las Escrituras. A través del Espíritu, Dios estableció la iglesia, el cuerpo de Cristo, para proclamar el reinado de Dios y dar testimonio de la nueva creación. El Espíritu es derramado sobre todos los que reciben a Cristo, bautizándolos y sellándolos para redención como hijos de Dios. Todos aquellos, que creen y confiesan que Jesús es Señor, son nacidos de nuevo en cristo. Los creyentes son bautizados en agua, ingresando a la Comunidad de Pacto en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por gracia son salvos mediante la fe, para vivir la paz y el amor de Dios, en la faz de circunstancias adversas.

    La iglesia es la nueva creación de Dios, el agente de transformación, llamada a modelar el diseño divino para la humanidad. El pueblo de Dios llama a todos a arrepentimiento y conversión, busca promover justicia, se mantiene fiel en sufrimiento, comparte generosamente con los necesitados. Actúa como agente de reconciliación para revertir la enajenación, traída por el pecado. En la cena del Señor la iglesia proclama la muerte del señor y celebra el nuevo Pacto.

    La nueva creación será completa cuando Cristo vuelva. Todos aquellos que pertenecen a Cristo resucitarán con nuevo cuerpo, mientras que Satanás y aquellos que han rechazado a Cristo, enfrentarán condenación eterna. El nuevo cielo y la nueva tierra vivirán bajo el reinado de Dios en eterna paz y gozo duradero.

    Referencias bíblicas

    Gn. 1-3; Éx.6:6-8; Sal. 8; Isa. 49:6; Jer. 9:23-24. 31:31-34; Os. 2:19-20; Mt. 4:17; 25:46; Mr 8:34-38; Lc 4:18-19; Jn 3:16; Hch 2; Ro. 8; 1. Co. 11:23-3; 12:13; 15;  2 Co. 5:17; 6:2; Ef. 1:13-14. 2:8-10. 6:10-12; Col. 2:12-15, 1. Ts. 4:13-15. 11; 2 Ti. 2:16-17;  He. 7:25; Ap. 21-22.

    Parte 2

    ¿CÓMO RESPONDEN LOS HERMANOS MENONITAS AL PROPÓSITO DE DIOS?

    La iglesia de los Hermanos Menonitas tiene su raíz en el movimiento anabautista de la reforma del siglo XVI, un movimiento que buscaba recuperar la fe y vida de la iglesia del Nuevo Testamento. La iglesia Hermanos Menonitas nació en medio de la renovación menonita de Rusia en 1860. Misiones mundiales y migraciones varias produjeron una iglesia, que este presente en todo el globo. Como comunidad mundial de Hermanos Menonitas, nos comprometemos a ser un pueblo de Dios.

    Pueblo de la Biblia

    La Biblia tiene autoridad pues es la Palabra de Dios y la guía infalible para fe y vida.

    Cosmovisión: La Biblia provee el marco de referencia para nuestra comprensión del mundo.

    Interpretación: Nuestra interpretación se centra en Cristo: leemos las Escrituras desde la perspectiva neotestamentaria. La persona, enseñanza y vida de Jesucristo traen continuidad y claridad a ambos, el antiguo y el nuevo Testamento.

    Comunidad de interpretes: cada creyente es alentado a buscar entender la Biblia para discernir la voluntad de Dios y obedecerla. Ya que el espíritu Santo vive y obra en cada creyente, leemos e interpretamos la Biblia y sus demandas para la vida contemporánea en comunidad.

    Referencias bíblicas

    Sal. 1; 119; Mt. 5-7; Lc 24:27. 44-49; 2 Ti. 3:14-17; He. 1:1-2; Hch. 2:42. 15:1-29. 17:11; Col. 3:14; 1 Pe. 1:10-12.

    Pueblo de un Nuevo Modo de Vida

    Por la gracia de Dios el Espíritu Santo llama a todos a un nuevo modo de vida, a través de la conversión, discipulado y permanente renovación.

    Conversión: Conversión cristiana comienza con el nuevo nacimiento y siempre incluye un compromiso personal consciente. Los cristianos somos llamados a volver de una relación rota con Dios, a una relación personal con el Dios verdadero. De las ataduras del pecado y errores del pasado, hacia libertad, perdón y sanidad.

    Discipulado: En Cristo la salvación y la ética se unen. Como cristianos somos llamados a abandonar el individualismo y vivir en interdependencia con otros en la iglesia. A mostrarnos fieles a la vida y enseñanza de Jesús en el cotidiano vivir.

    Renovación: En cada creyente habita el Espíritu Santo, testificando de que somos hijos de Dios, ofreciendo renovación y purificación continua, proveyendo así poder para vivir una vida de testimonio y servicio.

    Referencias bíblicas

    Is. 43:1; Mc. 8:34-38; Jn 1:12-13; 3:5-8. 14. 15. 26; Ro. 8; 1 Cor. 4:2; Col. 3:1-4; Tit.3:3-7.

    Pueblo de Comunidad de Pacto

    En la iglesia, la Comunidad de Pacto, los creyentes se comprometen a adorar juntos a Dios, a orar como Cristo nos enseñó, a vivir en comunión y a cuidar los unos a los otros.

    Bautismo de creyentes: Gente de todas las culturas, naciones y lenguas, que están dispuestos de seguir a Jesús como discípulos obedientes, confiesan a Jesucristo Salvador y Señor y son bautizados en agua a la comunión de la iglesia. La Iglesia Hermanos Menonitas bautiza por inmersión.

    Cena del Señor: En la cena del Señor la iglesia se identifica con la vida de Cristo dada por la redención de la humanidad y proclama la muerte y resurrección del Señor hasta que Él venga. Esta cena de conmemoración expresa reconciliación, comunión, paz y unidad de todos los creyentes con Cristo.

    Responsabilidad mutua: La iglesia interpreta la voluntad de Dios discerniendo por los otros para una vida de fe, según el modelo de Cristo. El propósito de está rendición de cuentas no es castigar o condenar, sino sanar y restaurar a través del arrepentimiento. La iglesia excluye a aquellos que de una manera reiterada rechazan disciplina.

    Sacerdocio de todos los creyentes: El Espíritu de Dios da dones de servicio a todos los creyentes para edificar el cuerpo de Cristo. La iglesia discierne el llamado de Dios y confirma a siervos líderes, quienes capacitan a los miembros para el ministerio.

    Referencias bíblicas

    Mt. 16:13-20. 18:15-2; 28:18-20; Hch. 2:37-47; Ro. 6:3-4; 1 Cor. 11:23-32. 12-14; Ef. 4:11-16; Col. 2:12-13; He. 10.24-25; 1 Pe. 2:9-10. 4:10-11.

    Pueblo de Reconciliación

    La misión de Jesús fue reconciliar a seres humanos con Dios, con el prójimo y con el mundo. El vino a proclamar el Reino de Dios. La iglesia tiene el llamado de participar en la misión de Dios.

    Misiones: Cristo envió a la iglesia a hacer discípulos a todas las naciones, bautizándolos y enseñándolos a guardar todos sus mandamientos. Jesús enseña que sus discípulos deben amar a Dios y al prójimo, compartiendo las Buenas Nuevas y haciendo obras d e amor y compasión.

    Siendo Jesús el único camino de salvación, el imperativo evangelístico es dado a todos los creyentes.

    Testimonio de paz: Paz y reconciliación son el corazón del evangelio cristiano. Jesús llama a la comunidad de fe a ser constructores de paz en todas las situaciones. Creemos que la paz con Dios incluye un compromiso de transitar por el camino de reconciliación, según el modelo del Príncipe de Paz. Los cristianos somos llamados a abandonar estilos de vida que nos perjudican. Para escoger una vida de integridad, sanidad, gozo y paz; dejar de odiar enemigos e ignorar prójimos para expresar amor y justicia a todos.

    Familia: Dios bendice a solteros, matrimonios y familias. Dios llama a todos a vivir una vida de pureza sexual. El matrimonio es un compromiso de pacto de por vida, entre un hombre y una mujer. Padres piadosos instruyen a sus hijos en la fe. La iglesia nutre la vida familiar y hace todos los esfuerzos para traer reconciliación a relaciones humanas dañadas.

    Estado: Dios dio al Estado la responsabilidad de promover el bienestar de todas las personas. Los seguidores de Cristo respetan a las autoridades gubernamentales y oran por ellas, pero resisten la tentación de dar al Estado la devoción que pertenece a Dios. La lealtad prioritaria de todo cristiano va hacia el reino de Cristo y su iglesia global. En cada estado y sociedad, cristianos cooperan con otros, para defender a los débiles, reducir conflictos, asistir a los pobres y promover la justicia, paz y verdad.

    Referencias bíblicas

    Mt. 5-7; 22:34-40. 28:18-20; Lc. 4:18-19; 10:25-37; Ro. 12:11-13. 10; 2 Co. 5:17; 6:2; Ef. 2; 5:21; 6:4; 1. Ti. 1:1-6; Stg. 2; 1 Pe. 2:21-25.

    Pueblo de Esperanza

    La iglesia pertenece al Reino de Dios que irrumpe. Los ciudadanos del reino dan ejemplo de comunidad alternativa, desafiando valores antidivinos de culturas de este mundo. El pueblo de Dios se une a la lucha por la justicia, y al mismo tiempo se está preparando para sufrir persecución, sabiendo que pecado, culpa y muerte no prevalecerán.

    Referencias bíblicas

    Mt. 5:10-12. 10. 7; 13:24-25; Mr. 1:15. 13; Lc. 17:20-37; 21:5.36; Tit. 2:11-14; Ap. 21-22.

    Reseña histórica de la elaboración de esta Confesión de Fe

    ICOMB (Comité Internacional de Hermanos Menonitas) planteó la pregunta: ¿Qué creen los Hermanos Mennonitas a nivel global? En enero 1997, en Calcuta, India. En octubre del 2001, en su reunión ordinaria en Curitiba, Brasil, ICOMB nombró un equipo de trabajo “Pro Confesión de Fe”, de siete miembros y les encomendó redactar un sumario de convicciones de las iglesias Hermanos Menonitas. Miembros del equipo procedentes de Asia, África, Europa, América del Norte y América del Sur trabajaron en julio de 2002 en Abbotsford, BC, durante la Asamblea General de las Convenciones Hermanos Menonitas de Estados Unidos y Canadá. El grupo de trabajo analizó los materiales confesionales actualmente en uso entre Hermanos Menonitas y llevó a consideración las cuestiones prioritarias, con las cuales se enfrentan hoy, a nivel mundial, Los Hermanos Menonitas. El equipo internacional produjo un documento de dos partes. La primera parte plantea la pregunta: “¿Cómo obra Dios en el mundo?”, describiendo en forma narrativa la creación divina del universo, la caída en pecado y la obra divina de la re-creación.

    Narrar la historia de las acciones divinas, corresponde a una manera asiática y africana de hacer Teología. La segunda parte responde a la pregunta: “¿Cómo los Hermanos Menonitas responden al propósito de Dios?” Esta parte describe dimensiones básicas respecto al compromiso de la iglesia. El equipo de trabajo presenta su primera propuesta a ICOMB el 29 de julio. ICOMB instruyó al equipo de hacer circular la versión revisada a las diecisiete Convenciones Nacionales, a sus Consejos pastorales e inclusive a publicarla en los periódicos denominacionales. El equipo de trabajo invita a la iglesias Hermanos Menonitas de todo el mundo a hacer llegar sus sugerencias de mejora a cualquiera de sus miembros, con la meta de refinar esa propuesta confesional. El grupo de trabajo volvió a reunirse en Bielefeld, en octubre de 2003 para considerar las sugerencias emanadas de las Conferencias Nacionales. El propósito de una común Profesión de Fe es guiar a las Convenciones Nacionales a formular sus Confesiones de Fe específicas, de acuerdo a sus propias culturas. También sirve para definir nuestras posiciones ante iglesias nacionales que han solicitado asociarse a la iglesia hermanos Menonitas. Los nombres de los integrantes del grupo de trabajo son:

    Menno Joel (India), Lynn Jost (E.E.U.U.), Takashi Manabe (Japón),

    Alfred Neufeld (Paraguay), Arthur Duck (Brasil), Pascal T. Kulungu (Congo)

    Heinrich Klassen (Alemania)

    Aceptado por los Representantes de las Convenciones miembros de ICOMB Junio 2004

    Vancouver, 25-29 de Julio 2002 /

    Bielefeld, 15-18 de Octubre 2003

    Traducción: Alfred Neufeld