Godly Play es un enfoque creativo e imaginativo para potenciar la educación cristiana y la formación espiritual de las personas de todas las edades. Puede ser utilizado en una variedad de contextos, tales como iglesias, escuelas, hospitales, residencias de ancianos, etc.

Godly Play se basa en planteamientos bien establecidos y de probada eficacia. Usa símbolos y objetos, además de palabras.

Godly Play valora los procesos y favorece la apertura y el descubrimiento personal de significados. Invita a los participantes a interactuar con las historias, relacionándolas con su experiencia y circunstancias.

 La práctica de Godly Play es una forma no coercitiva de animar a los niños a entrar en mayores dimensiones de la fe, a través de preguntas que fomentan la reflexión personal y un tiempo de respuesta abierta. Es una manera de preparar a los niños a participar en el culto y la vida de sus congregaciones a medida que desarrollan una comprensión cada vez más profunda de las narraciones sagradas, los símbolos y los ritos comunitarios.

 Aunque fue desarrollado originalmente como un recurso para la formación espiritual de los niños, en la actualidad Godly Play se está utilizando con personas de todas las edades y en una diversidad de contextos.

Jerome W. Berryman, fundador de Godly Play expresa lo siguiente:

«En Godly Play, la invitación no es a jugar en general sino a jugar con el lenguaje de Dios y de su pueblo, es decir con nuestras historias sagradas, parábolas, acciones litúrgicas y silencios. A través de este lenguaje potente, a través de nuestra práctica reflexiva, a través de la comunidad de personas que se reúne a jugar, escuchamos la más profunda de todas las invitaciones: una invitación a salir a jugar con Dios.»

Godly Play es un medio de dirección espiritual y descubrimiento basado en principios del método Montessori y el culto cristiano. Pretende presentar de manera imaginativa las historias de la Biblia a niños y también a gente de más edad.

Los niños tienen un sentido innato de la presencia de Dios. El enfoque de Godly Play les ayuda a explorar su fe a través de las narraciones. El aprendizaje del lenguaje religioso (historias sagradas, parábolas, acción litúrgica y silencio contemplativo) les ayuda a desarrollar esa experiencia espiritual a través del pensamiento reflexivo, el asombro, el misterio, la expresión artística y el juego.

Basándose en los principios Montessori y desarrollado usando un plan curricular en espiral, el método Godly Play sirve a los niños a través de la infancia temprana, intermedia y tardía… y más allá.

El propósito de Godly Play es el de enseñar a los niños el arte de usar el lenguaje religioso cristiano (parábola, historia sagrada, silencio contemplativo y acción litúrgica) con el fin de que sean más conscientes del misterio de la presencia de Dios en sus vidas. Uno de los objetivos de Godly Play es crear un lugar seguro para los niños; se trata de un lugar donde sus ideas, opiniones y capacidades sean profundamente respetadas.

Godly Play…

  • proporciona a los niños una oportunidad de trabajar con materiales sensoriales en un ambiente seguro y estimulante;
  • combina e integra los dos medios principales por los que los niños adquieren el conocimiento: (i) el lenguaje (sistema verbal) y (ii) el juego (sistema no verbal);
  • invita a los niños a utilizar el material con el fin de elaborar y expresar sus propios pensamientos y sentimientos;
  • aborda el ‘misterio’ de la experiencia (tanto sus aspectos gozosos como los tristes), en vez de depender de la ‘magia’ efímera del último juguete o videojuego;
  • enseña a los niños a respetarse mutuamente a través de las rutinas y la manera en que se organizan el tiempo y el espacio; les proporciona una ética basada en la bendición.

Godly Play es un método que organiza el tiempo y el espacio para que los niños lleguen a cuidar su entorno y aprendan a responder los unos a los otros, de tal manera que se va construyendo un sentido comunitario. La sala se convierte en un lugar de paz en el cual se puede experimentar y explorar el misterio de la presencia de Dios.

Godly Play es un medio eficaz de trabajar con niños que tienen diversos estilos de aprendizaje. Después de escuchar una historia, los niños deciden ellos mismos la manera de responder a ella por medio de…

  • la narración (cuentan de nuevo la historia usando los materiales apropiados)
  • juegos, mapas o puzles
  • su propia expresión creativa (dibujo, pintura, modelado, escritura…)

La sala de Godly Play contiene estanterías llenas de objetos que los niños pueden utilizar. Son objetos que representan, y hacen que cobren vida, las imágenes del lenguaje religioso.

Idealmente, los niños y el ‘narrador’ (uno de los dos mentores o guías) se sientan en el suelo en círculo, literalmente rodeados del sistema del lenguaje religioso. Sin embargo, en algunos contextos –como hospitales, por ejemplo– esto puede ser imposible.

Los materiales empleados para contar la historia del día, pueden ser colocados en el centro del círculo, simbolizando así que Dios es accesible y presente para todos, tanto alumnos como profesor. El formar un círculo enfatiza muchos de los aspectos de estar juntos en comunidad.

Un ‘portero’ (otro mentor o guía) se sienta cerca de la puerta y saluda a los niños, les ayuda a entrar tranquilamente en la sala, y apoya el tiempo de respuesta y de ‘fiesta’.

Una sesión de Godly Play sigue el formato del culto cristiano:

  • entrada, bienvenida y preparación (congregarse)
  • historia sagrada (oír y responder a la palabra)
  • fiesta (ágape, comunión)
  • bendición y despedida

En las sesiones de Godly Play, la sala se contempla como un ‘espacio sagrado’. Después de una oración introductoria o canción, se presenta una historia usando los materiales de Godly Play. El narrador emplea una gran economía de palabras, un lenguaje abierto y un tono sensible de voz.

La historia va seguida de algunas preguntas de reflexión dirigidas al grupo, como las siguientes:

  • Me pregunto qué parte de la historia os ha gustado más.
  • ¿Qué parte es para vosotros, tal vez, la más importante?
  • Me pregunto qué parte tiene que ver contigo. ¿Dónde estás tú en la historia?
  • ¿Qué pasaría si quitáramos algo de la historia? ¿Aún tendríamos todo lo necesario?

Cada respuesta se trata con sumo respeto. Una fórmula típica que se usa con frecuencia es la siguiente:

– Hmm, podría ser eso… Podrían ser todas esas cosas.

Los niños deciden la manera en la que quieren responder a la historia, usando materiales artísticos, o mediante el juego.

Los trabajos manuales dirigidos por el maestro no forman parte del método de Godly Play. El niño se responsabiliza de la actividad. Por lo tanto, no existen hojas idénticas para colorear o llevarse a casa. Cada persona se centrará en sus propias inquietudes. Los niños tienen libertad para desarrollar su(s) respuesta(s) a la misma historia durante varias semanas consecutivas. Es posible que otros deseen sentarse tranquilamente y, aparentemente, no hacer nada. El narrador y el ‘portero’ ayudan a los niños a seleccionar los materiales apropiados, etc.

Cada niño tiene una carpeta personal que refleja su propia ‘peregrinación’ espiritual. Todas las carpetas serán diferentes. Los niños guardan en las carpetas sus dibujos, poesías, pinturas, escritos, etc., y, después de la sesión, las dejan en la sala. Al finalizar el curso, pueden llevarse sus carpetas a casa.

La fiesta se trata de una selección sencilla de fruta, galletas o queso y una bebida. Los niños y el narrador celebran juntos la fiesta, en círculo, después de la sesión de actividades. Antes, hay una oportunidad para que cada uno pueda compartir motivos de acción de gracias, peticiones o inquietudes personales para la oración en grupo. Después de participar de la fiesta, los niños recogen y depositan en una papelera los vasos de plástico, servilletas, etc., luego vuelven tranquilamente al círculo para la despedida. El ‘portero’ les ayuda a los niños en las tareas de reparto y recogida.

La despedida: Después de cantar un himno o canción conocida, la sesión termina con la ‘bendición’ y despedida. El narrador se despide de los niños individualmente, con un comentario positivo acerca de su aportación durante la sesión. Se le da a cada niño la oportunidad de coger la mano al narrador como señal de despedida. El ‘portero’ se pone al lado de la puerta para ayudar a los niños a realizar la transición del espacio de Godly Play al mundo exterior.

Después de salir los niños, el narrador y el ‘portero’ comprueban que la sala esté bien ordenada y que cada cosa esté en su sitio. Luego, en silencio, cada uno se vuelve a sus lugares respectivos durante unos minutos para reflexionar sobre las conversaciones y actividades que se han realizado durante la sesión. Después, pasan un tiempo juntos, compartiendo sus pensamientos y evaluando lo aprendido tanto por los niños como por ellos mismos.

Videos de historias bíblicas de Godly Play

Videos de Godly Play para educadores