Sankt Peter, Kaufstätte Klosterhof (2013): Michielverbeek

Por: Marcos G. Cruz

«Sattler transfirió el ethos de su monasterio benedictino fuera de sus muros, creando una teología en la que todo cristiano está llamado a la perfecta imitación de Cristo y a compartir una vida común». (Timothy Troutner)

Hablar de «Ordnung» en un contexto anabautista, rápidamente se asocia al antiguo orden de comunidades que reglamentan su indumentaria, hacen uso de «horse and buggy», y construyen monumentales silos. Las comunidades del antiguo orden, entre ellas algunas Menonitas, Amish, Dunker, atraen la atención de inúmeras personas, un estilo de vida que recrea en tiempos presentes escenas que describen siglos anteriores. Bien conocidos en la América del Norte, trazan sus orígenes a Europa donde encuentran su ascendencia anabautista. Aunque sorprende el uso común de sus vestimentas, predominando en ellos matices negros y grises; al adentrarnos en los contextos originarios del anabautismo, sorprendería que igual énfasis harían las órdenes monásticas. En ese espíritu, resulta adecuada la precision de Andrew Carl Martin al referir:

«Ordnung significa literalmente orden o regla. El nombre “Antiguo Orden” (alt Ordnung) marca explícitamente a este grupo como una “orden”; una tradición que se remonta a la orden más perdurable, Ordo Sancti Benedict – La Orden de San Benito». (Martin, 2022:141-142)

Dicha realidad no pasaría por alto ante la vista de Arnold Snyder, cuya tesis en 1981 le llevara a explorar las profundidades de la Floresta Negra (Schwarzwald). El repique de las campanas del claustro benedictino de San Pedro, resonaría como eco en la historiografía anabautista. A su vez, el péndulo oscilaría, y la vida de Michael Sattler encontraría eco en la historiografía de la familia benedictina a través del monje trapense Eoin de Bhaldraithe. Si bien la producción bibliográfica respecto a Sattler como benedictino y anabautista sigue siendo todavía austera, las campanas de San Pedro tocadas por Snyder tañen nuevos ecos.

En el amplio «scriptorium» anabautista, se puede advertir las coincidentes referencias a la similitud con la espiritualidad medieval. Andrew Carl Martin sería también interpelado al respecto, dedicando su muy reciente tesis doctoral al paralelismo espiritual entre el antiguo orden menonita y el monasticismo; su inspiración además estaría marcada por la obra de Snyder. El autor a partir de sus fuentes habla acerca de un movimiento laical apegado a la tradición benedictina, específicamente en la Abadía de Hirsau; en derredor de la misma se asentarían campesinos tanto casados como solteros, compartiendo sus posesiones con la iglesia y participando de la vida litúrgica. Aquellas reformas de Hirsau serían preludio de nuevas comunidades monásticas como la de San Pedro, en cuyo claustro Michael Sattler profesara en la Regla de San Benito. (Martin, 2022:66)

En la revista Plough, se puede encontrar un artículo de Timothy Troutner, quien tiene en cuenta ciertas expresiones de la pluralidad creciente del siglo XVI; palabras que bien pensadas o no, atribuían características monásticas a nuevos movimientos reformatorios, haciendo énfasis en el anabautismo. Dicho autor, manifiestamente católico-romano, y que asegura también guardar una identidad anabautista, a la obra de Snyder que trabajaría la Confesión de Schleitheim, Troutner sumaría la importancia del orden congregacional derivado; uno de sus párrafos resume muy bien la idea:  

«Parecido a la hermandad benedictina, la comunidad compartió una vida común estructurada. Participar juntos en la Eucaristía los convirtió en “un solo pan” y la disciplina rigurosa de la iglesia –“la amonestación”– preservó un marcado contraste unificado con el mundo exterior. Sattler incluso compuso un “Orden Congregacional” para regular la vida comunal». (Troutner, 2020)

Si se compara la «Regla de San Benito» con las «Reglas de Orden Congregacional», las últimas, emanadas de las más tempranas comunidades anabautistas, podrían generar una primera impresión que las considerara breves, pero una mirada más profunda las contemplaría como una laudable síntesis. Sin pretender agotar el contenido de las mismas, hay aspectos comparables propicios a señalar, atestiguados con los textos de la «Regla de San Benito» y con las «Reglas de Orden Congregacional», que serán citados respectivamente:

«Capítulo 38: 5 Reinará allí un silencio absoluto, de modo que no se perciba rumor alguno ni otra voz que no sea la del lector… 8 Ni tenga allí nadie el atrevimiento de preguntar nada sobre la lectura misma o cualquier otra cosa, para no dar ocasión de hablar; 9 únicamente si el superior quiere, quizá, decir brevemente algunas palabras de edificación para los hermanos». (Colombás & Aranguren, 2000:78-79)

«Capítulo 18: 24 Porque los monjes que en el curso de una semana reciten menos de un salterio con los cánticos acostumbrados, mostrarán muy poco fervor en el servicio a que están dedicados 25 cuando podemos leer que nuestros Padres tenían el coraje de hacer en un solo día lo que ojalá nosotros, por nuestra tibieza, realicemos en toda una semana». (Colombás & Aranguren, 2000:53)

«2) Cuando los hermanos y hermanas se reúnen deben llevar algo para leer. Aquel a quien Dios haya dado la mejor inteligencia lo explicará. Los otros deberán mantenerse en silencio y escuchar, para que dos o tres no mantengan una conversación privada e incomoden a los demás. El Salterio será leído diariamente en sus hogares». (Yoder, 2007:165)

La conversión de costumbres sería uno de los votos característicos en la vida benedictina, también la conversión sería acentuada en la comunidad anabautista:

«Capítulo 58: 17 El que va a ser admitido, prometa delante de todos en el oratorio perseverancia, conversión de costumbres y obediencia 18 ante Dios y sus santos, para que, si alguna vez cambiara de conducta, sepa que ha de ser juzgado por Aquel de quien se burla». (Colombás & Aranguren, 2000:111)

«3) Nadie debe ser frívolo en la comunidad de Dios, ni con palabras ni con obras, y todos deben mantener una buena conducta, aun delante del pagano». (Yoder, 2007:165)

Era de esperar, que si la conducta no fuera coherente a una vida de conversión, las comunidades, ya sea benedictina o anabautista, apelarían a la amonestación según Mateo 18, y en consecuencia, de no apreciarse el propósito de enmienda, se aplicaría la excomunión:

«Capítulo 23: Si algún hermano recalcitrante, o desobediente, o soberbio, o murmurador, o infractor en algo de la santa regla y de los preceptos de los ancianos demostrara con ello una actitud despectiva, 2 siguiendo el mandato del Señor, sea amonestado por sus ancianos por primera y segunda vez. 3 Y, si no se corrigiere, se le reprenderá públicamente. 4 Pero, si ni aún así se enmendare, incurrirá en excomunión, en el caso de que sea capaz de comprender el alcance de esta pena». (Colombás & Aranguren, 2000:57)

«4) Cuando un hermano vea errar a su hermano, deberá amonestarlo cristiana y fraternalmente, según la orden de Cristo (Mt 18), tal cual todos y cada uno tienen el deber y la obligación de hacerlo». (Yoder, 2007:165)

Sería difícil suponer que miembros de comunidades del antiguo orden se auto-perciban como herederos de la espiritualidad monástica medieval, aunque en el estilo de vida cotidiano se asemejen. A partir del bosquejo trazado a partir de Schwarzwald, hay evidencias de la huella benedictina en comunidades anabautistas, al compartir una herencia común, el ethos benedictino alcanza a conservadores, a los más progresistas si se quiere; aunque en el presente trabajo se subraye el antiguo orden; del cual Andrew Carl Martin terminaría su tesis afirmando:

«Las antiguas órdenes, amish incluidas, no evangelizan, pero en esencia están difundiendo la Buena Nueva viviendo una espiritualidad ascética intencional marcada por la simplicidad, Ordnung, Gelassenheit y Gemeinde. En esta era actual, las antiguas órdenes pueden ser el grupo “neo-monástico” de más rápido crecimiento en el mundo. En el corazón de este fenómeno hay una espiritualidad ascética con algunos elementos místicos que se remonta a través de los siglos a un milenio de espiritualidad monástica medieval y, en última instancia, a la antigua iglesia cristiana». (Martin, 2022:230)

Referencias

Troutner, T. (16 de septiembre de 2020). The “New Monkery”. Michael Sattler and the Benedictine Roots of Anabaptism. Obtenido de Plough: https://www.plough.com/en/topics/faith/anabaptists/the-new-monkery

Martin, A. C. (2022). Old Order Mennonite Spirituality: An Analysis of Ascetical and Mystical Parallels in Medieval Monasticism and a Contemporary Anabaptist Community. Toronto: University of St. Michael’s College.

Colombás, G. M., & Aranguren, I. (2000). La Regla de nuestro padre San Benito. Madrid: BAC.

Yoder, J. H. (2007). Textos escogidos de la Reforma Radical. Buenos Aires: Faie & La Aurora.