St. Peter im Hochschwarzwald (2008): Flominator

Por: Marcos G. Cruz

«Algún día en nuestra liturgia podemos bendecir el nombre del Señor por lo que hizo en su siervo Michael, pero una tarea más inmediata es conocer las iglesias que le siguen, escuchar las demandas de reforma que nos plantean, y ver si sería posible iniciar algún diálogo con ellos».

Eoin de Bhaldraithe, O.C.S.O.

En medio del verdor de la Floresta Negra, sobresale el claustro benedictino de San Pedro; un espacio arquitectónico que se hace notar por sus esbeltos campanarios, que marcan el ritmo del oficio divino, de la recitación de los salmos. Unos de sus monjes saldría de la quietud del scriptorium, para escribir páginas trascendentales en la historia anabautista, su nombre, Michael Sattler.

La vivencia monástica de Sattler, fue por largo tiempo considerada solo un prólogo de lo que sería su vida como líder anabautista. Arnold Snyder sería interpelado respecto a esa primera etapa de la historia de Sattler; su tesis de 1981, esclarecería ciertos elementos que permiten considerar la influencia benedictina en la Confesión de Schleitheim, datada según el texto de la misma, en la festividad de San Matías, 24 de febrero de 1527. La respuesta académica tanto en los ámbitos menonita y católico, no se haría esperar. El trabajo de Dennis Martin en Mennonite Quarterly Review, así como el trabajo del monje trapense Eoin de Bhaldraithe, aunque piezas importantes, quedan atrás en el tiempo, y lejos del lector hispano dada la difusión en inglés de sus obras.

Sin pretender tan siquiera una apretada síntesis, el presente escrito busca aproximar las ideas de Snyder al ámbito latinoamericano, así como identificar nuevos supuestos de convergencia entre la Confesión de Schleitheim y la Regla de San Benito propiamente. La influencia monástica en la espiritualidad anabautista, si bien no ha tenido el énfasis que merece, tampoco ha sido ignorada por algunos escritores de la familia radical; Dionisio Byler ilustra al respecto:

«Si en la doctrina de la salvación y en su defensa de la autoridad de la Escritura se parecían más a los evangélicos que a los católicos, en su vivencia comunitaria se parecieron mucho más al movimiento monacal católico, en particular el monaquismo «terciario» medieval, el de hermanos y hermanas casados y con hijos… El compromiso fraternal mutuo anabaptista se pareció bastante más a esas comunidades, que al individualismo típico de los protestantes» (Byler, 7)

En cuanto a Sattler, sería muy aventurado determinar las razones que le llevaron fuera del monasterio, pues no hay una evidencia concluyente. El monasterio fue atacado por el mismo margrave Ernesto en 1522 a causa de intereses económicos; el peso de los impuestos del monasterio fue colocado sobre los hombros de los campesinos, consiguiendo una revuelta de los mismos; también hubo un clima de reforma en lo concerniente a la vida monástica. Respecto a la posición como prior de Sattler, sería difícil asegurarlo, tanto como desestimar el presunto hecho; hay una laguna en la documentación de sucesión que se registra hasta 1518 con la muerte de Ambrosio Holdermann, después se retoma a partir de 1545, es en ese vacío que tendría lugar el posible rol de prior por parte de Sattler.

En plausible síntesis, Snyder presenta las semejanzas entre la Confesión de Schleitheim y la Regla Benedictina (RB):

«Cuando consideramos la comprensión de Schleitheim de la comunidad y comparamos sus líneas generales con la visión benedictina como se ve en la RB, vemos paralelos sorprendentes en todos los puntos importantes, como sigue: la entrada en la comunidad debe ser voluntaria y se lleva a cabo a través de un acto público de profesión; a través de esa profesión una persona se somete a una forma de vida común; la disciplina comúnmente toma la forma de exclusión de las actividades comunitarias, como las comidas, el oratorio y la Cena; la comunidad se separará del mundo; el líder debe ser elegido por la comunidad y es responsable del crecimiento espiritual y la disciplina de la comunidad». (Snyder, 298-299)

El análisis de Snyder se concreta en tres aspectos, a saber: bautismo/profesión, obediencia y disciplina, y la separación. Dada la importancia del bautismo, así como la extraña relación que sugiere dicho autor con la profesión monástica, al pronunciarse los votos que adentrarían en la comunidad monacal, sería oportuno repasar sus observaciones. Snyder, para sustentar su tesis, incorpora el sentir de Jerónimo, que llega a través del testimonio de Basilio, quien desde fecha muy temprana relaciona bautismo y profesión:

«A muy temprana edad, la profesión monástica, esa oblación de uno mismo a Cristo, ya se llamaba como segundo bautismo. Así como un hombre muere al mundo y se incorpora a la sagrada familia de Cristo por el bautismo, así el monje por su profesión se convierte en miembro de la sagrada familia monástica, una comunidad de santos. Su hábito monástico es una nueva túnica bautismal». (Snyder, 300)

Ahora sería sugerente, en el mismo orden que Snyder, contemplar el enunciado del bautismo en Schleitheim:

«El bautismo debe ser concedido a todos aquellos a quienes se haya enseñado el arrepentimiento y la enmienda de su vida, y crean realmente que sus pecados son borrados por Cristo, y a todos aquellos que desean andar en la resurrección de Jesucristo y estar sepultados con él en la muerte, para poder resucitar con él; a todos aquellos que, siendo de esta opinión, lo deseen y lo soliciten de nosotros». (Yoder, 149)

De la anterior cita, Snyder destacaría la importancia del arrepentimiento y la enmienda de vida, dicha disposición interior que sería de esperar en una persona que se aprestara a ser bautizada en la comunidad anabautista, no distaría mucho de las exigencias espirituales que supondría la vida monástica. Para relacionar lo anterior, presenta el modelo de voto utilizado en el Monasterio de San Pedro, fórmula por la cual, Sattler debería haber profesado:

«Yo, hermano [Michael Sattler] prometo estabilidad, enmienda de mi forma de vida y obediencia según la Regla de San Benito, ante Dios y sus Santos, en este monasterio que fue construido en honor de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo, en la presencia del Reverendo Padre y del Señor Jodocus Kaiser, Abad de este lugar, cuyo documento yo mismo firmo». (Snyder, 300)

Si bien Snyder acompañara su trabajo con un tratamiento crítico de sus fuentes adecuado, para acentuar la evidencia a su favor, basta solo observar la Regla Benedictina, y así comprobar la calidad de su investigación:

«Capítulo LVIII. (17) El que va a ser admitido, prometa delante de todos en el oratorio perseverancia, conversión de costumbres y obediencia (18) ante Dios y sus santos, para que, si alguna vez cambiara de conducta, sepa que ha de ser juzgado por Aquel de quien se burla. (19) De esta promesa redactará un documento en nombre de los santos cuyas reliquias se encuentran allí y del abad que está presente». (Colombás & Aranguren, 112)

Desde la perspectiva anabautista, sería oportuno agregar la importancia de las reglas de orden congregacional, que acompañaran a esa comunidad; su primer artículo sería:

«1. Los hermanos y hermanas deben reunirse por lo menos tres o cuatro veces por semana. Deben ejercitarse en las enseñanzas de Cristo y de sus apóstoles, y exhortarse unos a los otros, con sinceridad, a permanecer fieles al Señor, tal cual han formulado votos». (Yoder, 157)

Evidentemente la referencia es a los votos bautismales, en abierta profesión delante de la comunidad, lo que apoyaría la investigación de Snyder. Pese a su propuesta, dichas tesis no encuentran el eco merecido en la comunidad anabautista latinoamericana. Sería interesante cultivar la presente línea de estudio, para abrir una ventana al diálogo en un espacio de indiscutible presencia del catolicismo romano.

Resultaría paradigmático que en el contexto europeo, en la festividad de Pentecostés en 1997, a los 470 años del martirio de Sattler, se develara un monumento en Rottenburgo; así, menonitas, bautistas, luteranos y católicos, se congregaron en culto conmemorativo en la Iglesia Católica de San Moritz, para rememorar a Michael Sattler como padre de la fe; diez años después de las palabras de Eoin de Bhaldraithe.

Bibliografía

De Bhaldraithe, E. (1987). Michael Sattler, Benedictine and Anabaptist. The Downside Review, 105(359), 111–131.

Byler, D. (2017). El 500 aniversario de la Reforma protestante, desde una perspectiva anabaptista. España: AMyHCE

Snyder, C. A. (1981). The life and thought of Michael Sattler. Ontario: McMaster University.

Yoder, J. H.(2016). Textos escogidos de la Reforma Radical. Buenos Aires: La Aurora.

Colombás, G. M., & Aranguren, I. (2000). The Regla de nuestro padre San Benito. Madrid: BAC.


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